mayo 19, 2009

Despues de todo, somos lo único que nos queda

Tengo el mundo en la palma de mi mano derecha y un par de fotografías viejas en mi mano izquierda
tengo residuos de helado de vainilla en mi lengua, sonrisas de niños grabadas en la mente y un beso marcado en la mejilla
tengo el universo tatuado en la espalda, un par de cicatrices en mi alma y la otra mitad de alguien en mi corazón
tengo la piel erizada, tengo un ronroneo y un beat en mis oídos y tengo cierta paranoia cuando no estoy en casa.

Vivo en una ciudad verde, en una ciudad que respira gas somnífero y que se alimenta con esperanzas vacías
vivo en una ciudad suicida que decae por si sola, que cree en cuentos de hadas y hace el papel de la Bella Durmiente
vivo en un país verde, café, azul; con más belleza que destreza, y con más aptitud que actitud...
vivo en un país, un reino un impero de pobres con más recursos naturales que recursos humanos.

Siento que la historia se repite cuando la desconocemos, siento el luto en mi corazón y le rezo los 9 días a esta esperanza que ya murió...
siento que no todo se ha escrito y que el mundo no es en realidad una obra de teatro montado y que no se puede ser feliz;
creo en las utopías, creo más en realidades que en sueños y aún así nunca dejo de soñar;
creo en vos, creo en mi y en que nos aburriremos de este jueguito en donde no ganamos, creo en mi mala otrografía;
creo en las medidas a tomar, en que reaccionaras, y saldremos de este letargo interminable.